Sinopsis de El libro y el cetro
A partir de su ascensión al trono en 1621 y bajo la influencia del Conde Duque de Olivares, Felipe IV empezó a reunir un importante conjunto de libros que acabaron disponiéndose en el privilegiado espacio de la Torre Alta del Alcázar madrileño. Opuesta a la biblioteca escurialense, definida por su carácter universal, la librería de la Torre Alta fue pensada para satisfacer los gustos de su regio propietario, amante de poesías, novelas, bellas artes o ciencias, y las necesidades de su Monarquía, sin olvidar que sus fondos también se emplearon para la educación del heredero Baltasar Carlos de Austria.